mirando fijo las hojas que revoletean en el otoño tacito que pasa,
puede ser que no basto con todo lo que le entregue, puede ser que la felicidad fue tan efimera como un suspiro. No soy la misma de antes, aquella que creia una y mil veces en todo lo que le decian. Ya no vivo encasillada en la casa de cristal que construiste con tanto cuidado. No quedan ni los restos de mi paso por ella. ¿Porque busco creer que aún te esperare? ¿Porque me aferro al recuerdo ingenuo de nuestras caminatas nocturnas? Ya no vale la pena esperar,y tampoco vale la pena querer olvidarte. Porque pase por donde pase, ahi estaras. Ahi en cualquier lugar de esta nausebunda ciudad me encontraras. Porque muy adentro sabes que estoy y yo se que tu estas y en aquel juego perverso nos sumergimos los dos. En palabras mudas y sonrisas ciegas, en vacios paralelos que no nos dejan en ningun lugar. Si no en la simple y llana historia sin retorno.